Proyecto integral con redistribución de espacio diáfano de 210 m2 en Santiago de Compostela.
El cliente buscaba crear una oficina con aire moderno, pero con un toque cálido.
Partiendo de un espacio bruto, se crearon 24 puestos de trabajo, dos salas de reuniones, un despacho, cocina y baños. En cuanto al estilo, destaca la calidez de la madera y la paleta de colores acorde con los colores corporativos (rojo y negro). La cocina para los empleados llama la atención por su luminosidad y su estilo acogedor; lo mismo se consiguió con los baños, que se alejan del prototipo de baño de oficina, blanco y aséptico, utilizando papel pintado, madera y dorados/plateados.